Cuando aplicas tu perfume, asegúrate de hacerlo sobre la piel limpia y bien hidratada. La humedad ayuda a retener mejor la fragancia, así que una buena idea es aplicar una crema hidratante sin aroma antes de rociar tu perfume.

Escoge los puntos estratégicos de aplicación. Las zonas más cálidas de tu cuerpo, como el cuello, las muñecas, detrás de las orejas y en los pliegues de los codos y las rodillas, ayudan a difundir la fragancia de manera más efectiva.

No frotes el perfume después de aplicarlo. Esto puede romper las moléculas de fragancia y hacer que el aroma se desvanezca más rápido. Simplemente rocía o palpa suavemente el perfume sobre tu piel y deja que se seque naturalmente.

Almacena tus perfumes correctamente. Evita exponerlos a la luz directa del sol o a temperaturas extremas, ya que esto puede alterar su composición y reducir su duración. Guarda tus frascos en un lugar fresco, oscuro y seco para mantener su frescura y calidad.

Refresca tu perfume a lo largo del día. Si sientes que el aroma se ha desvanecido, lleva contigo un decant de tu fragancia para re aplicar un poco de perfume cuando lo necesites.
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Con estos consejos, podrás disfrutar por más tiempo del delicioso aroma de tu perfume favorito. Recuerda que cada fragancia es única y puede comportarse de manera diferente en cada tipo de piel, así que no dudes en experimentar y encontrar la mejor manera de hacer que tu perfume dure más en tu cuerpo. ¡A perfumarse!